lunes, 10 de noviembre de 2008

El CCCB explora la brutal transformación de China

Una exposición revisa el caso de seis megalópolis

"Cuando oímos hablar de cosas lejanas, siempre nos parecen más extraordinarias de lo que son en realidad. Sin embargo, en este caso sucede todo lo contrario: China es aún más extraordinaria que todo lo que pueda decirse sobre ella", escribió Gaspar da Cruz a mediados del siglo XVI. Si el dominico portugués levantara hoy la cabeza, lo más probable es que se reencontrara con un país igualmente fascinante, más inquietante, eso sí, y, desde luego, irreconocible. Aunque, para esto último, no era preciso que transcurrieran cinco siglos. Habría tenido la misma impresión si aquel primer viaje lo hubiera realizado hace sólo diez o veinte años, tiempo en el que el paisaje de sus ciudades se ha modificado a un ritmo frenético.

"Jamás en la historia de la humanidad un país habrá experimentado una transformación tan importante en un lapso tan breve de tiempo", asiente el crítico de arquitectura del diario Le Monde, Frédéric Edelmann. Y Josep Ramoneda, director del CCCB, abunda en esa misma idea, con un ejemplo de escalofrío: "Hoy hay pocas cosas en China que tengan más de cinco o seis años". Uno y otro hicieron estas reflexiones durante la presentación de En la ciudad china. Miradas sobre las transformaciones de un imperio, exposición realizada en coproducción con la Cité de l´Architecture du Patrimoine de París, que explora el fenómeno a partir de los casos concretos de seis megalópolis.



La visión de los cineastas. La muestra, desplegada en una efectiva escenografía del arquitecto Enric Massip, admite diversos recorridos y velocidades -"en París, una de las críticas más recurrentes era que para visitarla en profundidad eran necesarias entre siete u ocho horas", reconoció el citado Edelmann, comisario de la misma-, pudiendo detenerse en los diferentes ámbitos temáticos (la lengua, la familia, la construcción...) o yendo directamente a los apartados correspondientes a las ciudades, donde, además de los mapas vía satélite y las fotografías que evidencian a primer golpe de vista la magnitud de los cambios, se exhiben películas realizadas para la ocasión por jóvenes cineastas chinos coordinados por Jia Zhangke. Y es ahí, justamente, donde se esconden algunas de las perlas de la exposición.

La Venecia de Oriente. Es el caso, por ejemplo, de Llórame un río, corto de Jia Zhangke, que transcurre en la ciudad de Suzhou, atravesada por un gran canal y convertida en una capital turística y patrimonial para los mismos chinos. O el de esa Xian en la que filma Chen Tao y cuyo famoso ejército de guerreros de terracota y la arqueología son también fuente de prosperidad turística, pese a que únicamente han logrado sobrevivir el templo de Confucio y el Bosque de Estelas, las dos mezquitas históricas y parte del barrio musulmán.

Los brazos de los bangbang. Con este nombre se conoce a los porteadores que alquilan sus brazos y su fuerza para hacer más llevadera la vida en Chongoing, ciudad asentada en una zona montañosa de grandes pendientes, seis veces mayor que Pekín, con 32 millones de habitantes. De la violencia y sufrimiento de sus gentes habla Peng Tao en La espera. Y Li Hongqi se va hasta Cantón, la fábrica del Todo a 100,situada en el delta del río de las Perlas, que se extiende hasta Pekín (42.000 km2,cerca de 60 millones de habitantes). Es justamente ahí, tras una escala en Shanghai, donde un gigantesco plano en relieve de 1990 muestra la ciudad aún salpicada por los hutong o barrios tradicionales, hoy prácticamente desaparecidos. "La incógnita -lanza al aire Ramoneda- es ver si ellos acabarán siguiendo nuestro modelo o nosotros el suyo".

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Ficha
En la ciudad china
Barcelona. CCCB. Montalegre, 5
Tel. 993 396 31 23
www.cccb.org

Fuente: +Arquitectura

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